La Abadía de San Justo al Pinone es una de las iglesias más antiguas del Montalbano, presumiblemente construida entre los siglos XI y XII por monjes cluniacenses. Situada en un contexto natural encantador, rodeada de majestuosas encinas, quejigos y pinos, al pie del pico de Pietramarina, la abadía representó un refugio seguro a lo largo de los caminos arriesgados del pasado, así como un punto de referencia fundamental para viajeros de la época. Cuenta la leyenda que la campana "la Sperduta" (la Perdida) sonaba al atardecer para guiar a los viajeros perdidos durante el invierno.

La planta de la iglesia, cruzada, tiene una sola nave y un crucero elevado que remata en tres bellos ábsides. Debajo hay una cripta con bóvedas de crucería sostenidas por elegantes columnas. En la fachada, las inserciones de mármol blanco y verde sobre el portal con parteluz dan testimonio de las sugerentes decoraciones románicas. Aunque la iglesia perdió su función sacra y fue transformada en masía en el siglo XVIII, en su interior aún se conserva la estructura románica original. Desafortunadamente no quedan rastros del antiguo monasterio.

Actualmente, la abadía de San Justo al Pinone no se puede visitar porque necesita importantes obras de renovación. Sin embargo, su historia milenaria y su majestuosidad arquitectónica atrapan la imaginación de los visitantes, ofreciendo una experiencia evocadora que combina naturaleza, espiritualidad y el encanto del pasado. Este lugar encantador representa una oportunidad única para sumergirse en la historia y la atmósfera mística de una abadía de orígenes antiguos, dejando una huella imborrable en el corazón de quien la descubre.