Basílica de San Vicente y Santa Catalina de' Ricci Un viaje a través de siglos de historia y fe
Bienvenido a la Basílica de los Santos Vincenzo y Caterina de' Ricci, una joya arquitectónica que se alza majestuosa frente a la Iglesia de San Domingo. La proximidad entre estas dos maravillas es un homenaje al vínculo entre un monasterio dominico y su casa madre, nacido en los albores del siglo XVI y concluido a finales de siglo.
El aspecto actual de esta basílica es el resultado de una renovación del siglo XVIII, realizada para celebrar la canonización de Santa Caterina de' Ricci, cuyo venerado cuerpo reposa bajo el altar central.
El exterior de la iglesia está influenciado por su ubicación, con la fachada alta rodeada por los edificios circundantes, mientras que el lateral se abre a la plaza, disfrutando de espacio libre. Las bandas verticales de piedra arenisca dividen la fachada en cuatro partes, cada una iluminada por un gran ventanal que se ensancha hacia el cielo. En el lado izquierdo hay un portal lateral, enmarcado por piedra y rematado por una placa con una inscripción. En la parte trasera destaca un campanario que llama la atención del visitante.
Una vez dentro, serás recibido por una atmósfera de riqueza y variedad de materiales. Esta basílica es uno de los ejemplos más espléndidos del estilo barroco tardío, donde la delicada luz resalta los relieves de mármol que adornan las paredes y el altar mayor, obras maestras de los escultores florentinos Foggini y Ticciati.
Para visitar esta maravilla, solo toca el timbre y se te abrirán las puertas a un reino de arte y espiritualidad. Déjate envolver por la belleza que emana de cada detalle y sumérgete en la atmósfera de devoción que impregna estos espacios sagrados.