Iglesia de San Pedro en Figline y museo Un viaje en el tiempo entre la fe y el arte
La iglesia parroquial de San Pedro, con sus frescos de finales del siglo XIV y el cercano tabernáculo de Sant'Anna, es el corazón del pueblo medieval de Figline en Prato.
En 1902, el arquitecto Ezio Cerpi llevó a cabo una restauración que devolvió al edificio su antigua magnificencia, siguiendo los dictados de la época. Se eliminaron todos los añadidos posrenacentistas y se insertaron elementos neogóticos, respetando la teoría de restauración de la época. Posteriormente, en 1965-1967, Albino Secchi y Francesco Gurrieri llevaron a cabo una nueva restauración, devolviendo la autenticidad original del edificio.
El exterior de la iglesia tiene una majestuosa fachada a dos aguas, revestida de alberese y enriquecida con inserciones de serpentino verde de Figline. La planta de la parroquia sigue la clásica planta de cruz latina, y el techo se caracteriza por imponentes cerchas de madera. Las paredes contienen numerosos frescos de diferentes épocas, del siglo XIV al XVI. En el coro ojival destacan las hermosas decoraciones al fresco realizadas por Antonio di Miniato en la década de 1420, que cuentan la historia de la vida del santo al que está dedicada la iglesia. El magnífico Crucifijo que domina la nave recuerda la obra de Ferdinando Tacca para la Catedral de Prato. Además, desde 2005 se puede admirar una espléndida Resurrección, obra del pintor Shtanko, que añade una nota de belleza contemporánea a este lugar sagrado.
Museo Museo
El Museo Parroquial, construido según diseño de Gurrieri en 1973, está ubicado en dos salas contiguas a la iglesia. En el interior de las salas se exponen preciosos objetos litúrgicos y artefactos encontrados durante los trabajos de restauración, que ofrecen una visión fascinante de la historia local. En las paredes también hay obras de arte renacentista, que embellecen aún más esta rica colección.
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