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Basílica de Santa María de las Cárceles Un lugar lleno de misterio, arte y milagros.

Inmersa en la sugerente plaza del mismo nombre, la basílica se alza majestuosa, flanqueada por la imponente presencia del Castillo del Emperador. Su historia comienza dentro de los muros de una antigua prisión, rodeada del encanto de las leyendas y la fuerza de lo sobrenatural. Allá por 1484, un niño enfermo llamado Jacopo della Povera tuvo una visión extraordinaria de la Virgen, que se separó del cuadro y descendió a las profundidades del calabozo de la prisión, para luego regresar a su lugar. A este prodigioso acontecimiento le siguió la milagrosa curación del niño, dando lugar a una ferviente veneración por esta Virgen.

Captando el sentimiento popular de devoción, Lorenzo el Magnífico encargó al arquitecto Giuliano da Sangallo erigir una iglesia en el lugar del milagro a finales del siglo XV, llamándola Santa Maria delle Carceri. La basílica, de planta de cruz griega típica del Renacimiento, muestra un revestimiento exterior de mármol alberese y serpentino, aunque quedó inacabada. Este característico revestimiento bicromático, también presente en la estructura exterior de la Catedral de Santo Stefano, recuerda la estética románica, pero en este caso se manifiesta en una reelaboración renacentista, en la que se busca una solución armoniosa y de impronta clásica, dando un aspecto de elegante proporción al edificio. La parte superior de la estructura se eleva con una pequeña cúpula con óculos de estilo Brunelleschi, coronada por una linterna que brilla como un faro espiritual.

El interior de la iglesia sigue una línea clásica. El friso de mayólica blanca y azul que recorre el perímetro de la iglesia ha sido atribuido a Andrea della Robbia y le da un toque de refinamiento artístico. Las valiosas vidrieras, creadas en 1491 a partir de un diseño de Domenico Ghirlandaio, pintan un caleidoscopio de colores y reflejos que iluminan el ambiente sagrado. El altar mayor, diseñado por Giuliano da Sangallo, alberga el milagroso fresco de la Madonna delle Carceri entre los santos Leonardo y Esteban, que data del siglo XIV, incorporado a un lienzo creado por el pintor Antonio Marini en el siglo XIX. Esta mezcla de épocas y estilos convergen en una obra de extraordinaria belleza y espiritualidad.

Visita la Basílica de Santa Maria delle Carceri, te envolverá en su atmósfera mística y su enigmático encanto.

Información

  • Piazza Santa Maria delle Carceri, 21 - Prato (PO)

  • Precio del billete: entrada libre

  • Teléfono: 0574 27933