¿Qué ciudad puede presumir de tener un castillo medieval en el centro histórico? ¡Prato, por supuesto!

Y el castillo del gran emperador Federico II de Suabia (1194-1250), sobrino de Barbarroja, es sin duda uno de los símbolos de la ciudad. También es el único ejemplo de arquitectura suaba en el centro-norte de Italia. Fue construido por el arquitecto del emperador, el siciliano Riccardo da Lentini, entre 1237 y 1248.

Federico II, conocido como el "Estupor del Mundo", nunca llegó a Prato, pero la fortaleza estuvo habitada por su vicario en Toscana, encargado de custodiar la carretera que conectaba el Sacro Imperio Romano con el sur de Italia y Sicilia a través del paso de los Apeninos. Montepiano y el valle del Bisenzio.

En el siglo XIV, el gobierno florentino transformó el edificio en guarnición militar y prisión, uniéndolo a las murallas a través de un pasillo cubierto: el Cassero.

El castillo tiene planta cuadrada realzada en las esquinas por torres, también cuadradas. La estructura blanca de alberese está coronada por una almena gibelina en forma de "cola de golondrina" restaurada en 1933. Los símbolos imperiales son los leones suabos tallados a los lados del portal de acceso, en serpentina, comúnmente conocido como mármol verde de Prato, y alberese.

Desde el interior se accede al gran patio. Una escalera interior permite llegar al pasillo superior que recorre tres lados del perímetro. El panorama que desde aquí se ofrece a los visitantes es magnífico: de los monumentos de la ciudad, de las colinas y de toda la llanura circundante.

En el interior de las torres se encuentran obras del artista contemporáneo Salvatore Cipolla que recuerdan simbólicamente la época de Federico II.

En verano el castillo también se convierte en un lugar de eventos: manifestaciones, conciertos y sobre todo el cine bajo las estrellas, muy apreciado por la magia que adquieren las proyecciones en un lugar tan evocador.