El edificio de la Cámara de Comercio está situado entre via del Romito y via Baldanzi, en el interior de una antigua fábrica textil construida a mediados del siglo XX y transformada mediante una ambiciosa renovación. En 2004, la Cámara de Comercio convocó un concurso y el proyecto ganador creó un espacio multifuncional que alberga la sede y oficinas de la institución, pero que también está dotado de amplios espacios para eventos.

Revolucionado internamente para adaptarse a las diferentes actividades que allí se desarrollan, el edificio conserva su imponente estructura industrial detrás de un nuevo vestido, una piel de metal expandido anodizado con un cálido tono bronce, que recuerda a una "tela" de brise-soliel y deja entrever el forma original del edificio. En algunos lugares, el monolito se abre hacia el exterior, tanto a través de poderosas grietas verticales que conectan el patio interior con la ciudad, como a través de la gran abertura de la sala del consejo, ofreciendo una vista impresionante de los principales monumentos de la ciudad.

La sede es totalmente ecoeficiente, gracias al uso de paneles solares y bombas geotérmicas. La decisión de dar una nueva vida a una antigua fábrica nació del deseo de recuperar estructuras existentes y redefinir nuevos espacios públicos. El uso de materiales procedentes del reciclaje, en línea con los principios de la economía circular de la que Prato es portavoz, está en el centro de este proyecto.

El edificio de la Cámara de Comercio es un verdadero símbolo de renacimiento e innovación, donde la historia se combina con la modernidad y la sostenibilidad ambiental se combina con la estética. Un lugar que representa la transformación de un pasado industrial en una nueva visión del futuro.