En el siglo XIV, Prato también contaba con un paseo fortificado conocido como el Corridore del Cassero. Después de la subyugación de Prato a Florencia, en 1351 los florentinos construyeron un corredor de 230 metros de largo que conectaba directamente las murallas, cerca de Porta Florentina, con el interior del Castillo del Emperador a través de su puerta trasera. El Cassero representaba una ruta elevada, segura y silenciosa, que permitía a las tropas florentinas entrar y salir de la ciudad sin ser vistas por los habitantes de Prato.

Una parte importante del Cassero fue demolida entre los siglos XIX y XX para dar paso al actual Viale Piave. Sin embargo, gracias a una cuidadosa restauración, en el año 2000 se recuperaron dos tramos de la antigua estructura y se restauró un camino peatonal que desde Via Pomeria llega hasta Viale Piave, a dos pasos del Castillo. Hoy en día, este espacio se utiliza para eventos y exposiciones temporales de arte.

Al entrar en la fortaleza y subir las escaleras, nos encontramos inmersos en un largo pasillo de piedra. En el camino observamos una serie de pequeñas ventanas rectangulares que se alternan con lunetos que ofrecen una hermosa vista de la ciudad. Al llegar a la parte superior del Cassero, nos encontramos ante un tramo del paseo exterior, desde donde podemos admirar la grandeza del antiguo castillo y disfrutar de una vista impresionante de la ciudad. Desde aquí la vista se extiende mucho, permitiéndonos contemplar todo el paisaje circundante.