El Santuario de Santa María del Socorro es un espléndido edificio construido en Prato entre 1575 y 1578, tras un acontecimiento extraordinario que marcó su historia.

Era el 6 de noviembre de 1574, cuando una joven pastora, junto con su rebaño, fue sorprendida por una terrible tormenta. Desesperada, buscó refugio junto a un tabernáculo que representaba a la Virgen amamantando al Niño, obra magistral de Antonio di Miniato. Las acequias circundantes se desbordaron y la zona empezó a inundarse. La pastora suplicó a la Virgen que la protegiera y, milagrosamente, tanto ella como su rebaño se salvaron de la ira de las aguas. A partir de ese momento comenzó una intensa veneración por este tabernáculo que había traído la salvación.

Inicialmente, el tabernáculo estaba situado no lejos del edificio actual, y para protegerlo en espera de la construcción del santuario, se construyó a su alrededor un pequeño oratorio. Cuando finalmente se completó el santuario, la milagrosa imagen fue llevada al interior en una sentida procesión. Y desde entonces se produjeron otros acontecimientos prodigiosos que fortalecieron aún más la fe de los creyentes.

La gran afluencia de peregrinos que acudieron para rendir homenaje a la Virgen del Socorro impulsó a las almas devotas a construir en 1585 un pórtico sin precedentes. Diseñado por Alfonso Parigi el Viejo, surgió una arquitectura grandiosa que aún hoy se extiende en tres lados del edificio, ofreciendo un refugio seguro a las almas en busca de comodidad. Este pórtico se convirtió en el primer ejemplo de una nueva forma de concebir los espacios, influyendo en la construcción de otros santuarios toscanos a lo largo de los siglos siguientes.

Toda la estructura del santuario se desarrolla en una majestuosa nave única, y a los lados del presbiterio hay dos preciosos paneles pintados, adornados con elegantes hornacinas. El milagroso fresco està insertado en un espléndido panel de Santi di Tito, que data del período comprendido entre 1580 y 1584, y representa a Dios Padre, el Espíritu Santo y los ángeles en una danza celestial de luz y gracia.