El Teatro Fabbricone está situado dentro de uno de los complejos industriales más grandes de Prato, justo fuera de las murallas de la ciudad. La estructura está ubicada en la actual Fábrica de lana Balli, que, desde su fundación en 1888, ha experimentado varios cambios de propietario a lo largo del tiempo. La fábrica fue creada por la empresa austro-alemana Koessler, Mayer y Klinger con el objetivo de producir tejidos peinados, de mayor calidad que los tradicionales tejidos cardados reciclados de Prato, que hasta entonces se importaban de Francia y Alemania. El complejo estaba y todavía está rodeado por un alto muro fronterizo, dando a todo el entorno la apariencia de una ciudad protegida por muros con amplias avenidas arboladas. El edificio construido era tan grande que se le llamó cariñosamente "Fabbricone", gran fábrica.

En un momento de ampliación de los espacios dentro del Fabbricone, se construyó un edificio que ahora alberga el teatro. Este lugar fue donado al Ayuntamiento de Prato con la intención de crear un teatro innovador y un centro de investigación experimental.

La primera representación teatral se remonta a 1974 con Orestea dirigida por Luca Ronconi. Después de este debut, se vio que la estructura podría convertirse en un verdadero lugar escénico, una alternativa al teatro clásico italiano. En el año 2000 fue objeto de una restauración que integró aún más la estructura existente con la antigua fábrica que lo alberga, creando una unión entre pasado y presente.

La continua investigación y experimentación de nuevos lenguajes teatrales lo sitúa entre los centros del panorama cultural de Prato. Actualmente, el Fabbricone sigue siendo un espacio fundamental para las producciones del Teatro Metastasio, institución teatral estable en Toscana.